domingo, 12 de marzo de 2017

ATENCIÓN SANITARIA A LAS PERSONAS FRÁGILES Y DEPENDIENTES: LA CLAVE ESTÁ EN EL DOMICILIO

        En los últimos años diferentes publicaciones de organismos y sociedades científicas informan a los sistemas sanitarios de la consecuencia del cambio en el perfil sociodemográfico y cultural de la población. Entre otras cuestionaes, nos enfrentamos a una demanda creciente de cuidados a personas con fragilidad y dependencia en su domicilio. Un aumento, que se espera sea cada vez mayor en los próximos años.

     En Andalucía, hasta el año 2015, 204.446 personas han sido clasificadas por profesionales sanitarios como frágiles o en riesgo de dependencia y 184. 985 como personas dependientes. La distribución por limitación funcional importante, en las diferentes actividades, varía del siguiente modo:

• Entre 65 y 74 años, limitación:  en las actividades funcionales (19,9%), autocuidado (5,1%) y actividades del hogar (10,6%).
• Entre 75 y 84 años, limitación en: actividades funcionales (43,2%), autocuidado (16,2%) y actividades del hogar (29,3%).
• A partir de 85 años, limitación en: actividades funcionales (66,8%), autocuidado (43,4%) y actividades del hogar (63,9%).

        El cuidado familiar supone el 88% del total de los cuidados ofertados a personas con elevada necesidad de cuidados. Este cuidado familiar se está viendo comprometido como consecuencia los cambios sociodemográficos y económicos, lo que provoca la existencia de un mayor número de personas necesitadas de cuidados y una menor disponibilidad de personas que cuidan en el ámbito de la familia. Por otro lado, las personas  que cuidan son cada vez más frágiles, presentan mayores niveles de sobrecarga y presión por el aumento de sus responsabilidades en el cuidado.
        En Europa, la situación no es muy distinta. El 90% de los europeos opinan que la atención domiciliaria a personas con problemas de funcionalidad debe ser proporcionadas por los sistemas públicos (TNS Opinion & Social, 2007), y menos de la mitad (48%) piensa que es la familia quien debe responsabilizarse económicamente del cuidado de sus padres en los casos en los que los ingresos económicos de los padres no son suficientes.  http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/ebs/ebs_283_en.pdf
        Esta creciente demanda de atención en el domicilio en combinación con el menor potencial para el cuidado familiar, deben hacernos reflexionar sobre cómo deben ser los servicios de atención sanitaria en el ámbito domiciliario. El reto consiste en fomentar e innovar en el cuidado de estas personas en situación de fragilidad o dependencia, a la vez que orientamos la atención sanitaria ponienco el foco en dos cuestiones claves:
-  Potenciar las conductas generadoras de salud, que tienen como meta ayudar a la ciudadanía identificar sus propios problemas de salud y a utilizar sus propios recursos personales y externos- Fortalecer  las comunidades para hacerles frente y promover un envejecimiento más sano.  Este artículo en The Guardian nos proporciona algunas claves adicionales hacia donde mirar en este sentido: https://www.theguardian.com/healthcare-network/2016/may/03/things-to-change-community-healthcare-older-people?CMP=share_btn_tw

        Como conclusión, un proyecto de avance de la atención sanitaria en el domicilio, debe basarse en el desarrollo de nuevas fórmulas, que incorporen medidas y estrategias, con un enfoque centrado en potenciar una respuesta compartida, eficiente y efectiva.

      Además, debe incorporar  a las personas como socios igualitarios que pueden tomar decisiones sobre su propio cuidado, apoyando a las familias para que se fomenten la implicación, y el reparto equitativo de los cuidados familiares y donde se diversifique la responsabilidad del cuidado de las personas en el domicilio  por los servicios públicos de forma que las personas que cuidan puedan seguir sus actividades laborales, educativas, de ocio y en definitiva su proyecto de vida.


¿Estamos preparados para este reto? ¡Adelante!

SABEMOS LEVANTAR EL PIE DEL ACELERADOR?


      O lo que es lo mismo, ¿sabemos que en muchas ocasiones los pacientes se sienten más presionados por la cantidad de tratamiento que le prescribimos los médicos que a las propias enfermedades?.
     La expectativa de vida ha aumentado, ya hablamos de envejecimiento del      envejecimiento, pero estos años de vida deben ser años de vida ganados en buena salud, libre de enfermedades y discapacidad.
       La mayor parte de la población tendrán enfermedades crónicas más de una patología y esto hay que tenerlo muy en cuenta tanto desde el punto de vista del paciente como desde el punto de vista de la  organización, puesto que estos pacientes son los que van a generar un mayor coste.
        Son pacientes actualmente tratados por múltiples especialidades, muchos de ellos con duplicidad en el tratamiento, otros con poca adherencia y una gran cantidad de fármacos.
       Me voy a centrar en el paciente, la importancia de ser bien diagnosticado y tratado con una buena continuidad asistencial. Siempre he pensado y así intento transmitirlo que debemos concienciarnos de lo importante que es tener una Atención Primaria potente con gran capacidad de resolución .
       El otro día ojeando noticias, leí una entrevista al Dr. Montori, diabetólogo y director de “Health Care Delivery Research Program”de Mayo Clinic de Rochester. En la que se dice que una de las mejores estrategias para el abordaje clínico de los pacientes con más de una patología crónica es saber levantar el pie del acelerador.
         Con la atención a los crónicos, menos puede ser más.
      Me encanta esta expresión, en el Acuerdo de Gestión tenemos objetivos Dejar de Hacer, pero esta expresión dice mucho y la veo muy interesante para tenerlo muy presente en nuestro trabajo diario.
      Medicina mínimamente disruptiva, es la atención sanitaria diseñada para conseguir objetivos de mejora de salud para pacientes con diversas patologías crónicas dejando la mínima huella posible en sus vidas.
       Para poder conseguir esto debemos llevarlo a cabo mediante decisiones compartidas entre los pacientes y médicos, teniendo en cuenta siempre la forma de ser y de vivir del paciente y por parte nuestra evitar prescripciones descoordinadas que le lleven a una polifarmacia y a yatrogenias causadas por interacciones imprevisibles.
      De ahí la importancia de una buena atención a este tipo de paciente, el coordinar la atención clínica de los diferentes niveles asistenciales, realización de una buena Conciliación de la medicación y tener siempre presente el papel que juega en todo esto la Atención Primaria.