viernes, 7 de abril de 2017

PENSABA QUE NUNCA ME TOCARIA A MI

Pensaba que nunca me tocaría a mí, que eso siempre les pasaba a otros.
En el tiempo de un abrir y cerrar de ojos, en lo que dura el batir de las alas de una mariposa, paso de ser un deportista pletórico, lleno de fuerza y entusiasmo a ser una persona necesitada de cuidados urgentes y de alto nivel.
Abro los ojos y veo el cielo azul y la copa de los árboles que fugan hacia él y no me recreo en ello. Lo primero, respirar. Tengo que meter el aire en los pulmones pero no entra, ¿que ha pasado? ¡Ah! Iba en bici… ¡me he caído! Enseguida veo aparecer las caras preocupadas de otros ciclistas: mis compañeros de carrera que se han parado a atenderme. Vuelvo a intentar respirar y por fin lo consigo aunque intento moverme y no puedo. Me evalúo: la clavícula está rota y tengo un fuerte dolor en la espalda aunque me tranquiliza que puedo mover los dedos de manos y pies. Conclusión: soy un politraumatizado grave y me toca mirar la asistencia emergente desde el otro lado del cristal… ¿qué va a pasar?
Llaman a la ambulancia pero el ”pronto estará aquí” se convierte en 10-15-30-40 minutos. Por fin llegan 2 equipos, uno de soporte avanzado y uno de transporte. Tras una somera exploración neurológica y vendaje del brazo derecho “me cargan” en la ambulancia de traslado. “A San Juan de Dios” dice el médico, es lo que tiene concertado el seguro de la carrera. Echo en falta la camilla de tijeras, el collarín cervical y la analgesia… pero bueno, pronto estaré en el hospital.
En el área de urgencias sigo sin inmovilización ni analgesia y la exploración que me realiza la médico se limita a la auscultación de campos pulmonares y la palpación somera de apófisis espinosas. Percibo que las cosas no van bien y sospecho que pueda tener una contusión pulmonar, gracias a lo cual se me realiza un TAC de tórax que descubre las fracturas vertebrales.
De ahí, ingreso durante 4 días para control del dolor, valoración por neurocirujano y cirugía de la clavícula. Cuando rememoro la estancia al alta, el dolor me ha mortificado por un pésimo manejo de la analgesia, empleando básicamente analgésicos del primer escalón terapéutico (paracetamol y metamizol). Respecto de la actitud frente a la fractura clavicular, se cambia y se decide tratamiento conservador. Prevaleció la opinión del experto traumatólogo en miembro superior. Hubiese agradecido que me lo explicase personalmente.
Nada de valoración por neurocirugía. Detrás de este último cambio de actitud está la compañía de seguros que aduce que no cubre las lesiones en la espalda y que del corsé que preciso sólo se pagará el 70%. Por un día hago un seguro médico para participar en una carrera y pierdo la cobertura pública que llevo pagando y defendiendo casi toda mi vida.
Hoy, en casa, cuatro días después de la caída sigo quitándome tierra de las heridas que no me curaron o que lo hicieron sin mucho celo. Estoy feliz porque estoy vivo y sé que me voy a recuperar y he aprendido mucho.

He aprendido lo azarosa que es la vida que, en el tiempo que tarda en batir las alas una mariposa, te cambia por completo. Y he aprendido que tu vida también depende del azar de donde y cuando pierdas la salud y quien esté allí para tratar de restablecerla. He aprendido que la vida son causas y azares y que como médicos y gestores (y sobre todo como personas) podemos repartir mejores cartas para el juego de la vida, para no perder más de lo que nos toque. Y también estoy feliz porque con esas fracturas vertebrales y con ese traslado, a estas alturas podría estar intentando asumir el resto de mi vida en una silla de ruedas.

jueves, 6 de abril de 2017

CONGRESO DE ECONOMISTAS Y GERENTES PARA PERSONAS INFLUYENTES

      Hace un tiempo realicé un interesante Máster de en la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga. La temática la indica el nombre: “Máster de Economía de la Salud, Gestión Sanitaria y Uso Racional del Medicamento”. Poco que ver con mi disciplina Enfermera, apuntaba mi entorno y, sin embargo, el gran descubrimiento de mi vida porque aprendí las directrices para ser una mejor enfermera y una mejor ciudadana. Entendí por primera vez que mis decisiones influían también en la distribución de recursos, que son escasos.

      De esta formación surgió la oportunidad de formar parte de A3MES o AMES, una asociación de alumnos que habíamos cursado este máster. Y ahora me complace compartir los avances que se van consiguiendo desde un grupo heterogéneo y comprometido con la Economía de la Salud y con la colaboración de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

      Los próximos días 9 y 10 de Junio celebraremos en Málaga el primer Congreso EconSaludSur 2017 organizado por estas dos entidades, AMES y la EASP,  con la colaboración de la Cátedra de Economía de la Salud y Uso Racional del Medicamento de la Universidad de Málaga.

      El sistema sanitario público español tiene cuestionada su sostenibilidad a largo plazo, especialmente durante los últimos años. Trabajar de forma conjunta con grupos multidisciplinares en herramientas que busquen la calidad y la efectividad clínica se torna esencial. Los temas tratados en este congreso seguirán esta línea.
     Se detallarán ejemplos de innovaciones organizativas y tecnológicas como la aplicación de TICs, estrategias preventivas o sistemas de mejora utilizados en unidades de cuidados críticos.  
     Se argumentarán determinadas estrategias de Gestión llevadas a cabo por los actuales actores del sistema sanitario público y privado.
     Y habrá una apuesta clara por la Evaluación Económica de Tecnologías Sanitarias como herramienta de primer orden para que los gestores sanitarios las consideren en sus estrategias de asignación de recursos y en la toma de decisiones sobre la adopción de nuevas tecnologías. Es esperable que las tecnologías sanitarias financiadas por el Sistema Nacional de Salud aporten una adecuada evidencia de su valor terapéutico y social en comparación con su coste1. Se incidirá especialmente en las evaluaciones económicas de medicamentos.

      Os invitamos a compartir este encuentro y os animamos a participar en él con vuestras contribuciones para que podamos avanzar en una búsqueda permanente de la calidad de los servicios sanitarios.

1.  López Bastida J, Oliva J, Antoñanzas F, García-Altés A, Gisbert R, Mar J y Puig-Junoy J. Propuesta de Guía para la evaluación económica aplicada a las tecnologías sanitarias. Gac Sanit. 2010;24(2):154-170.



domingo, 2 de abril de 2017

BUSCANDO MI OCÉANO AZUL







En las distancias cortas y en las largas también  seguro que pensáis que mi carácter arrolla y que tengo las ideas claras, no digo que no, pero en el fondo, tenéis que saber que soy una “romántica de la disciplina”.

 He reflexionado sobre el contenido de estos post, el propósito de los mismos y he llegado a conclusiones que me reportan tranquilidad y me ilusionan.

Entiendo que estas entradas están diseñadas para que “descubramos” aspectos de la gestión que en las clases, ejercicios, experiencias compartidas etc. que se incluyen en  este diploma no vamos a tratar. Es una invitación a trabajar contenidos que nos ayuden en “el aprendizaje autodidacta” de la gestión clínica.

Un método perfectamente indicado para esta modalidad semipresencial de formación y que está pensado, y bien pensado. Me resulta entretenido y eficaz, al mismo tiempo que despierta mi interés y motivación; en este espacio elegimos el tema: a tenor de las necesidades que queramos cubrir del “universo de la gestión clínica”, por el pellizco que nos provoque cualquier información de la red y por las entradas que nos atrapen de un blog de gestión clínica.

Es por eso que he tomado la decisión,  de seguir contando las cosas como sé,             disfrutando así de este ejercicio y sacándole todo “el jugo”, al fin de cuentas, es de lo que se trata.

Os cuento esto por dos motivos, el primero para que sepáis que me lo estoy pasando bien haciendo este viaje, este periplo por el Océano Azul de la gestión   clínica y el segundo, que estoy aprendiendo de gestión, así que debo de ir por el buen camino.

            La  “estrategia delocéano azul” fue creada por W.Chan Kim y RenéeMauborgne,        profesores de la escuela de Negocios INSEAD, en el año 1990. Se ha convertido desde que descubrí el libro, en mi referencia para abordar la gestión en mí día a día. El ejemplo más conocido de este modelo es El Circo del Sol, además de Novo Nordisk, Ralph Lauren, Electrolux, entre otros.

            Esencialmente se invita a dejar a un lado la competencia entre las empresas, ampliando el mercado a través de la innovación. Los océanos se tintan de rojo por   la lucha de las empresas para conseguir la misma cuota de mercado. El océano azul será ese espacio de mercado que no ha sido utilizado, y que supone una oportunidad de rentabilidad.
https://www.flickr.com/photos/23303281@N07/12595806453/
Es por esto, que voy a seguir esta travesía bimensual que supone la redacción del  post, nadando en las porciones de Océano Azul que hemos ganado al Océano  Rojo, sin ánimo de competencia, sin corsés, solamente buscando ideas que una vez sentada delante del ordenador me sirvan para cuando llegue a mi unidad la vida de cargo intermedio sea más fácil.  



Buscar un océano azul en nuestra actividad asistencial debería ser un objetivo a alcanzar, por cada uno de los que tenemos una responsabilidad en esta organización, contagiar al resto de compañeros y compañeras el deseo febril de navegar por esas aguas azules, un sueño al que no deberíamos renunciar.