miércoles, 28 de junio de 2017

Cuidar de lo esencial: Humanización de los cuidados pediátricos.

Los profesionales sanitarios somos seres humanos al servicio de otros seres humanos. Y tanto nuestra capacidad de trabajo como la propia estructura funcional de la institución hospitalaria contribuye en gran medida a relegar a un segundo plano lo que para nuestros pequeños usuarios es esencial: ser (sencillamente) niños.

Para favorecer la humanización de los cuidados pediátricos Andalucía reguló en 2005 el ejercicio del derecho de las personas menores de edad a recibir atención sanitaria en condiciones adaptadas a las necesidades propias de su edad (Decreto 246/2005 de 8 de noviembre de la Junta de Andalucía).
En esta normativa básica andaluza se recogen iniciativas muy concretas para desarrollar durante un período transitorio que se estableció en 3 años (y que finalizó en 2008). Esta norma aun no está desarrollada por completo en los centros hospitalarios de Andalucía.

Humanizar la asistencia sanitaria pediátrica no es más que potenciar y proteger todo aquello que hace que los niños continúen siendo niños a pesar de estar fuera de su entorno y de sus vidas por un proceso de enfermedad. Así, desde el conocimiento y con la actitud de los profesionales conseguiremos avanzar, evolucionar y revolucionar.

La inteligencia, la tecnificación, todo aquello que es racional será siempre fundamental para curar y cuidar.  Avanzar en la humanización de los cuidados pediátricos permitirá nuevas formas de relación con los verdaderos protagonistas del Sistema de Salud Público de Andalucía, pondrá en valor lo que para ellos es importante, lo que para nosotros quizás pasó desapercibido, no añadirá más dolor al que ya existe entre las paredes de nuestros hospitales.

La estrategia de cuidados de Andalucía debe velar para que la estancia y el recuerdo que quede de ella en cada niño, niña y familiar no sume más dolor al que ya existe, que su sufrimiento sea soportable, que la tristeza se alterne alguna vez con sonrisas que surjan espontáneamente del corazón de los niños (ellos son naturalmente alegres), que las familias sigan siendo refugio y consuelo... que entre todos protejamos lo esencial: la vida... no tan sólo la vida orgánica y funcional... (será también nuestra responsabilidad acompañarles a morir digna y serenamente) sino todo aquello que protege su inocencia y su pureza, que les deja entender el mundo a su manera y que les protege de sus miedos.

Ésta es la propuesta y nuestro empeño: Juntos acabaremos con los monstruos que habitan bajo las camas del hospital. Sólo así los niños podrán vivir su hospitalización más adaptados al entorno, más seguros y optimistas, siendo sencillamente aquello que han de ser: niños en espacios para niños.
La experiencia nos demuestra que una pequeña inversión en el esfuerzo por cambiar procedimientos y actitudes, estilos y viejas normas (y formas) obsoletas aporta grandes beneficios para los pacientes de edad pediátrica y sus familias.

Son muchos los profesionales y centros que a lo largo de estos años han implementado en sus servicios de atención pediátrica procedimientos valientes y novedosos para humanizar la asistencia sanitaria infantil: desde la apertura de las unidades de cuidados intensivos a la realización de protocolos de acompañamiento a los pacientes de alta adversidad... y son también muchos los profesionales que hoy en día trabajan (y sueñan) a lo largo de toda Andalucía por hacer realidad iniciativas de un alto valor de excelencia basados en la humanización, dignificación y protección de la atención sanitaria a la infancia hospitalizada.


“Me pregunto si las estrellas se
iluminan con el fin de que algún día
cada uno pueda encontrar la suya”


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