martes, 27 de junio de 2017

LA LACTANCIA MATERNA UN PROBLEMA DE SALUD PUBLICA


Mary Stevenson Cassat, Mother Jeanne Nursing Her Baby 1907-1908 
"La La lactancia materna es ampliamente reconocida como la mejor opción para la alimentación infantil y se considera un elemento crítico para la salud pública, y no solo una cuestión de elección de estilo de vida". Con estas palabras comienza una interesante investigación publicada el 22 de junio de 2015 en la revista Public Health Nutrition.

    La superioridad de la leche materna ha sido demostrada científicamente, es ideal además de natural para el recién nacido y el lactante. Los 6 primeros meses de vida de modo exclusivo y como complemento a otros alimentos los primeros 2 años de vida, conociéndose hoy, que los efectos benéficos se prolongan inclusive hasta la vida adulta. Tiene defensas para las infecciones, protege a los niños de muchas enfermedades, no sólo mientras están siendo amamantados sino también en épocas posteriores de la vida, le asegura el mejor desarrollo, es higiénica, práctica, ecológica y gratuita.

   Además los beneficios de la lactancia materna también se extienden a la madre. Las mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezcan anemia tras el parto, también tienen menos riesgo de hipertensión y depresión postparto. La osteoporosis y el cáncer de mama y de ovario son menos frecuentes en aquellas mujeres que amamantaron a sus hijos.

    Sin embargo las tasas de lactancia materna en España están muy lejos de acercarse a una situación idónea y esto no es un asunto baladí o un tema de “bebés y mamás”, sino algo que perjudica a toda la sociedad y que ha dejado de convertirse en una elección personal para pasar a ser un pilar descuidado de la salud pública.

    Desde que Henri Nestlé inventó en 1860 la primera fórmula artificial para alimentar a los bebés, basada en leche de vaca y cereales, pronto quedó claro que se trataba de un sector industrial muy rentable. Los costes de producción son bajos y el mercado no se agotará porque siempre nacerán niños.

    La nueva conciencia científica del mundo occidental, que tendía a creer con fe ciega que cualquier cosa salida de un laboratorio era de una calidad superior a lo natural, contribuyó a que muchos, incluso los profesionales sanitarios, depositaran la tarea de alimentar a sus hijos en manos de 'la fórmula'. Desde principios del siglo XX y en especial a partir de la II Guerra Mundial, los sustitutos de la leche materna ganaron terreno y muchas madres renunciaron a amamantar a sus hijos. Las empresas llegaban a los hogares a través de la propaganda masiva, basada frecuentemente en la desinformación o en la ocultación de datos relevantes, lanzada a través de los medios de comunicación. Pero también lograron llegar a las madres de forma directa, a través de los médicos y enfermeras. Con frecuencia, tras el parto, las mujeres recibían de manos de sus pediatras muestras gratuitas de estos productos de forma que el mensaje que les llegaba era que el especialista les recomendaba esa opción como la mejor.

    Esto condujo a diversas estrategias para intentar revertir esta situación:
                   

    Actualmente la prevalencia de lactancia materna ha caído a unos niveles drásticos, es necesario que las instituciones sanitarias en un acto de responsabilidad establezcan una Línea Estratégica prioritaria de Apoyo y Promoción de la Lactancia Materna que obligue a todos los centros a cumplir la legislación española e internacional sobre comercialización de suplementos de la leche materna y que dirija y marque el paso de todas y todos los profesionales sanitarios para que todos tengamos el mismo nivel de formación y transmitamos el mismo mensaje si queremos conseguir modificar este comportamiento disruptivo, poco saludable y antinatural en la población.

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