Mary Stevenson Cassat, Mother Jeanne Nursing Her Baby 1907-1908 "La La lactancia materna es ampliamente reconocida como la mejor opción para la alimentación infantil y se considera un elemento crítico para la salud pública, y no solo una cuestión de elección de estilo de vida". Con estas palabras comienza una interesante investigación publicada el 22 de junio de 2015 en la revista Public Health Nutrition.
La
superioridad de la leche materna ha sido demostrada científicamente, es ideal
además de natural para el recién nacido y el lactante. Los 6 primeros meses de
vida de modo exclusivo y como complemento a otros alimentos los primeros 2 años
de vida, conociéndose hoy, que los efectos benéficos se prolongan inclusive hasta
la vida adulta. Tiene defensas para las infecciones, protege a los niños de
muchas enfermedades, no sólo mientras están siendo amamantados sino también en
épocas posteriores de la vida, le asegura el mejor desarrollo, es higiénica,
práctica, ecológica y gratuita.
Además
los beneficios de la lactancia materna también se extienden a la madre. Las
mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el embarazo más
rápidamente y es más difícil que padezcan anemia tras el parto, también tienen
menos riesgo de hipertensión y depresión postparto. La osteoporosis y el cáncer
de mama y de ovario son menos frecuentes en aquellas mujeres que amamantaron a
sus hijos.
Sin
embargo las tasas de lactancia materna en España están muy
lejos de acercarse a una situación idónea y esto no es un asunto baladí o un
tema de “bebés y mamás”, sino algo que perjudica a toda la sociedad y que ha
dejado de convertirse en una elección personal para pasar a ser un pilar
descuidado de la salud pública.
Desde
que Henri Nestlé inventó en 1860 la primera
fórmula artificial para alimentar a los bebés, basada en leche de vaca y
cereales, pronto quedó claro que se trataba de un sector industrial muy
rentable. Los costes de producción son bajos y el mercado no se agotará
porque siempre nacerán niños.
La
nueva conciencia científica del mundo occidental, que tendía a creer con fe
ciega que cualquier cosa salida de un laboratorio era de una calidad superior a
lo natural, contribuyó a que muchos, incluso los profesionales sanitarios,
depositaran la tarea de alimentar a sus hijos en manos de 'la fórmula'. Desde
principios del siglo XX y en especial a partir de la II Guerra Mundial, los
sustitutos de la leche materna ganaron terreno y muchas madres renunciaron a
amamantar a sus hijos. Las empresas llegaban a los hogares a través de la propaganda
masiva, basada frecuentemente en la desinformación o en la ocultación de
datos relevantes, lanzada a través de los medios de comunicación. Pero también
lograron llegar a las madres de forma directa, a través de los médicos y
enfermeras. Con frecuencia, tras el parto, las mujeres recibían de manos de sus
pediatras muestras gratuitas de estos productos de forma que el mensaje que les
llegaba era que el especialista les recomendaba esa opción como la mejor.
Esto
condujo a diversas estrategias para intentar revertir esta situación:
Actualmente la prevalencia de lactancia materna ha caído a unos
niveles drásticos, es necesario que las instituciones sanitarias en un
acto de responsabilidad establezcan una Línea Estratégica prioritaria de
Apoyo y Promoción de la Lactancia Materna que obligue a todos los centros
a cumplir la legislación española e internacional sobre comercialización
de suplementos de la leche materna y que dirija y marque el paso de todas
y todos los profesionales sanitarios para que todos tengamos el mismo
nivel de formación y transmitamos el mismo mensaje si queremos conseguir
modificar este comportamiento disruptivo, poco saludable y antinatural en la
población.
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Un espacio para Usuarios, Profesionales Sanitarios y Gestores de instituciones sanitarias creado por alumnos de la Escuela Andaluza de Salud Pública
martes, 27 de junio de 2017
LA LACTANCIA MATERNA UN PROBLEMA DE SALUD PUBLICA
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