sábado, 25 de marzo de 2017

CUANDO EL ESPEJO NO REFLEJA LO QUE QUIERES VER


     Todos conocemos algún caso, mujeres atrapadas en cuerpos de hombre y viceversa. Creemos que son historias lejanas a nosotros y a nuestro entorno. Historias que se prestan, desde el desconocimiento, al comentario, a la sorpresa, al chascarrillo.
       La realidad, sin embargo, es otra. La aceptación social de la disforia de género, está haciendo más visible este problema. La prevalencia varía según los estudios entre 1/12000 y 1/50000 personas(1,2). 
       Esas lejanas historias, de pronto se han vuelto más cercanas, más públicas, más reconocidas. Desde “celebrities” de todo el mundo, al caso de un niño en el colegio religioso de mi barrio.
       Las pacientes jóvenes que lo sufren, están teniendo la oportunidad de poder acercarse a lo que quieren ser. Las pacientes más mayores, han vivido épocas más difíciles en ese sentido, soportado el rechazo social y sufrido problemas psicológicos, llegando a veces, incluso a la autolisis. Es esta una realidad compleja, alejada, de análisis superficiales, y simplistas.
       El abordaje actual de este trastorno es multidisciplinar, siguiendo un estricto protocolo, valoración psicológica, tratamiento hormonal y quirúrgico en distintas etapas; todo para mejorar su autoestima y calidad de vida, imagen e integración en la sociedad, trabajo, familia (1,2).
       Los recursos económicos son escasos y las necesidades ilimitadas. Recae en los gestores la priorización y elección de los servicios que se van a ofertar.

      Tras largos días pensando en este tema controvertido, leyendo artículos de opiniones diversas, escuchando en clase las políticas sanitarias adoptadas, observando el progreso de esa pequeña niña de mi barrio que va al colegio feliz y con aceptación de toda la sociedad que le rodea, he llegado al convencimiento de que hay que estudiar cada caso en profundidad. Hacerles un estudio pormenorizado de sus condiciones personales y sociales y las afectaciones que les crean. Y después, ofrecerles un servicio público que garantice su bienestar, que no siempre tendrá que ser una intervención quirúrgica, como he mencionado previamente.

       No deben ser excluidos del sistema sanitario público en sus distintas formas tratamiento, en mi opinión; porque son pacientes con necesidades específicas igual que aquellas personas que se operan de juanetes o las que son intervenidas de ligadura de trompas.

1. Facial Feminization Surgery: Simultaneous Hair Transplant during Forehead Reconstruction
2. Feminizaciones Faciales
3. El mundo (2013). ¿Como y cuando hay que operar a un transexual?
4.BOE (2007). Ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas
5. Madrid (2016). Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social

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