jueves, 2 de febrero de 2017

¿SERÁ LA CRONICIDAD NUESTRA FIEL COMPAÑERA DE CAMA EN EL SIGLO XXI?

         Las enfermedades crónicas tienen un peso cada vez mayor en España, debido en parte al aumento de la esperanza de vida y la adopción de estilos de vida propios de países desarrollados.

        En mi opinión la cronicidad no debería ser tratada como una enfermedad en sí, sino como una característica que las personas adquieren de forma inevitable con el paso de los años. Esta cronicidad debería estar asumida por todos y debería estar incluida dentro del proceso normal de envejecimiento. Por ello, pienso que la mejor forma de cuidar la cronicidad es evitando en todo lo posible que los pacientes acudan a los servicios de urgencias y tengan ingresos prolongados en hospitales para corregir un desajuste de ella, creo que esas “personas Crónicas” deben estar en su ambiente, en su casa y debemos como gestores sanitarios buscar la mejor solución para que esto sea así y no sea la cronicidad la que de forma urgente nos gestione a nosotros.

       La cronicidad afecta en España a más de 19 millones de personas en 2016 según datos del Informe Cronos. Además, repercuten en un aumento del gasto de los servicios sanitarios y las familias: vivimos más años y convivimos con una enfermedad que requiere cuidados y tratamientos farmacológicos.

  Según (http://www.escronicos.com/es/barometro/barometro-2016) el III Barómetro Escrónicos 2016, 9 de cada 10 pacientes crónicos afirman que el Sistema Nacional de Salud necesita cambios; y 5 de cada 10 consideran que estos cambios deben ser “importantes”:

  Reducción de los tiempos de espera para citas.
  Mejor acceso especialistas.
  Comunicación con el personal sanitario.
  Igualdad en el acceso a la asistencia en las Comunidades Autónomas (CCAA).

         Las diferencias en las políticas sanitarias de las CCAA constituyen la principal barrera en el acceso al mejor tratamiento posible. No todas las CCAA  subvencionan la misma asistencia y recursos ni trabajan de la misma forma con los mismos protocolos y procedimiento existiendo gran variabilidad entre ellas.

        La opinión de los pacientes deja claro que la cronicidad precisa cambios y los necesita ya. Oigamos la voz de los pacientes e innovemos.

       ¿Y cómo podemos conseguirlo?

     Una de las alternativas con más peso es mediante ingresos programados en una unidad de corta estancia. Ya se está haciendo en Hospitales de Alta Resolución (en los que además se incluyen ingresos de pacientes con necesidades de cuidados paliativos) y los primeros resultados obtenidos animan al positivismo. Se trata de crear un algoritmo de decisiones y un circuito especifico para los pacientes que cumplen criterios y están catalogados como paciente crónico y/o pluripatológico.

fig.1

        Estos pacientes pueden ser ingresados desde los diferentes puntos especificados en la fig. 1 y cada vez que son dados de alta se llevan en mano la próxima cita para ingreso programado, la cual será verificada mediante llamada telefónica en una consulta de “Telecuidados al alta”. (Pero este es otro tema del que trataremos en posteriores entradas al blog).

       Al tener a los pacientes controlados, estables, bien cuidados y proporcionarle un nuevo ingreso antes de dar el alta, conseguimos cubrir las principales demandas y necesidades producidas por su cronicidad ya que:
  • Incrementamos su percepción de  seguridad.
  • Garantizamos una accesibilidad adecuada.
  • Reducimos los tiempos de espera de las consultas externas de especialidades (CCEE) ya que estos pacientes van a ver reducida la necesidad de citas en las CCEE.
  • Disminuimos las estancias e ingresos prolongados y reducimos las asistencias de este tipo de pacientes en urgencias (Menor reagudización de su cronicidad).
  • Los pacientes están controlados y bien cuidados en su domicilio gracias  a una fluida comunicación interniveles (atención primaria y especializada) e interdisciplinares(médico, enfermera, trabajadora social…) que garantiza la continuidad de los cuidados en domicilio mediante:
o   Informes de cuidados de enfermería.
o   Informes médicos de alta.
o  Reuniones interniveles e interdisciplinares para limar los circuitos y buscar áreas de mejora continua.
o Contacto telefónico para casos urgentes entre atención primaria y especializada.

        Esto debería ser  llevarlo a cabo a nivel estatal para que TODAS las CCAA hagan las cosas con las mismas garantías de calidad sin que exista variabilidad entre ellas.

      Sin duda, la cronicidad va a ser nuestra fiel e inseparable compañera de cama a lo largo del siglo XXI. Ahora bien, que ocupe mayor o menor parte de la cama va a depender de cómo la gestionemos, de cómo los servicios de salud españoles quieran afrontar que ha llegado para quedarse y de que seamos conscientes que aún hay mucho por hacer.

Gestionemos la cronicidad antes que ella nos gestione a nosotros




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